Cuando las tres hijas del Socio Fundador empezaron a casarse, lo primero que se le vino a la mente fue el tipo de futuro que tendrían en sus nuevos hogares.

Eran los años noventa y para la época el mercado inmobiliario de Guatemala todavía tenía un gran camino por recorrer. Con las ganas de darles un hogar que cumpliera con los más altos estándares de calidad de vida, nuestro Socio Fundador se dio a la tarea de construirles un lugar para vivir. No se trataba de cualquier lugar; él quería asegurarse personalmente que sus hijas tuvieran la tranquilidad y la comodidad que solo un padre puede desear.

Fue ahí cuando nació Próceres Desarrollos.

Con la ilusión de crear hogares para su familia, el Socio Fundador se convirtió en un pionero inmobiliario en el país. Desafiando el “molde” de la construcción de aquella década, fue de los primeros en ponerle atención a los acabados, a la luz, al tránsito y a todos esos factores que hacen que un lugar se sienta como un verdadero hogar. Como todo buen padre, quería lo mejor para sus hijas y por eso se construyó San Ignacio en la zona 10.

Conforme han pasado los años, esa visión original se ha mantenido en la esencia de Próceres Desarrollos. A la fecha, más de 25 años desde su fundación, se sigue construyendo bajo la misma consigna: crear hogares en donde quisiéramos que viviera nuestra propia familia.